TOMEMOS CONCIENCIA II
Siguiendo
con el artículo anterior, sobre el concientizar y aprender a sentir y ver, hoy
vengo a comentarles sobre el cómo hoy se levantan nuestros niños en un mundo
muy apresurado, la semilla del mañana,
no tendrá ese mañana al ritmo que los empujamos a crecer, como padres hay que
vigilar los niveles de violencia, tanto en el hogar, en sus colegios y en todo
cuanto le rodea, nuestros niños de hoy están naciendo con una gran capacidad,
para desarrollarse en un mundo que debería ser especial, pleno de luz y elevación,
pero en vez de ello los bajamos a un nivel de densidad, ellos ven la violencia
en las calles y hasta en su propio hogar, corregir es responsabilidad de
quienes son sus guías, y ejemplos a seguir.
Tengan
en cuenta que esta nueva generación que nace, tiene una misión especial, como
la de hacer que este planeta eleve su vibración, y lo que hacemos con la
semilla del futuro es obstruir su crecimiento, con la negación y el miedo.
Vemos
a niños que ya no se recrean en la naturaleza, en un libro o en algo tan
sencillo como el conversar, están atados a maquinas que si bien es cierto les
da un amplio conocimiento y su cerebro es capaz de manejar procesos intrincados
gracias a la tecnología, pero los estamos aislando a un mundo de vacío, de satisfacción
virtual, haciéndoles perder lo hermoso que es la comunicación, expresión y el
conectarse con la naturaleza.
Ellos enfrentaran
un futuro difícil, y es cierto que deben conocer la tecnología, pero con un
grado de conciencia de sus padres, quienes a veces por no tener tiempo de
escuchar o compartir, les dan una máquina y esta se vuelve el compañero ideal
para sus hijos.
Es el
momento de unir esfuerzos en construir lazos que los hagan sentirse seguros,
que compartan con su familia, y sean escuchados por quienes más aman, que no se
aíslen en una maquina fría y que a la final solo eso obtendrán y aprenderán, el
ser seres fríos y sin sentimiento por lo que les rodea.
No descalifico
la tecnología, pero hay que buscar el equilibrio para que estos niños, que son
tan inteligentes puedan expresar sus ideas fantásticas. Al alterar el ritmo de
crecimiento de un niño estamos empujándolos a crecer de una forma apresurada,
donde no están disfrutando el ser niños, convirtiéndolos en adultos antes de
tiempo, perdiéndose estos de un mundo mágico.
El alimento
más hermoso de un niño es la magia, esa posibilidad y esa fantasía de hacer o
ver cosas maravillosas, quizás muchos de ustedes en su infancia, lo vivieron, y
ahora en este tiempo solo van con la corriente olvidando que ese tiempo mágico fue
lo que perduro para ustedes, en estos niños el tiempo que pasan sin calidad es
un tiempo perdido para ellos.
Padres
tomen el tiempo de conectar a sus hijos con la naturaleza, de que crezcan a su
ritmo, recuerden su infancia y fíjense en la actual, ya la inocencia de un niño
se está perdiendo a una tierna edad. Trabajemos para elevarlos y para elevarnos
nosotros mismos con ellos. Es un trabajo en equipo, además que mejor esfuerzo
que ayudar a crecer a la semilla del futuro, si queremos un futuro mejor
empecemos por reconocer los errores que cometemos al levantar esta semilla que
hoy crece sin dirección y mucho menos sin luz. Hagamos un alto y tomemos el
tiempo para darle a ellos lo que merecen, una vida plena de luz, amor y elevación
tanto intelectual como espiritual.
03/02/2017
Luz y Amor para todos.
Silema.
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